Mi suerte es como una niña que siempre anda correteando alrededor de mis piernas y cuando me giro a verla,ella me sonríe con picardia mientras que apenas puedo esbozar una pequeña mueca en mi rostro .Pocas veces me ha fallado ,tiene cierta alegría en sus ojos que generalmente me dejan impresionada ,siempre que la encuentro da un nuevo giro a la situación . Agradezco su presencia,es que suele no castigarme ,me regala su simpatía sin decir palabras y yo la entiendo ;su calidez a atrapado una porción de mi corazón .
En cambio mi karma por el contrario se presenta como un niño y un joven,son la misma persona dirigiéndome a través de sus ojos azules una mirada fría como el hielo a su vez deja cierta sensación de confianza .No importa cuanto me maltrate se que su decisión ,se que sera consecuencia de su pragmatismo, hay momentos en los que debería ser castigada por el a pesar de su frialdad el deja pasar muchos de mis errores alejándose de mi a un lugar muy lejano que no conozco todavía.Cuando regresa me observa desde la distancia con cierta mesura hasta que mi torre de naipes cae ante sus pies.
No todo es un desastre suele ser piadoso ,mas de lo necesario a decir verdad. La suerte y el karma se comportan como hermanos casi, quizás esa sea la razón por la cual no he sido tan castigada por el ;suelen mantener el silencio y cuchichean entre ellos como si no quisieran que me enterara de sus planes.
Convivo con ambos, algunas veces hasta pueden sacarme una carcajada por la ironía.
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