sábado, 10 de marzo de 2012

El no veía mi rostro porque estaba oculto entre el viento y el papel, como una sombra que no debe ser vista pero que existe. Estudio sus facciones junto con las reacciones, se que hará ahora y luego cuando salga de aquel bar se pondrá a llorar. También se porque lo hará, la razón esta en sus narices; el odia mentir asi como mostrar esa actitud segura cuando en realidad solo quiere correr, el mismo era la traba que le impedía ser alguien excepcional, las culpas era algo insostenible. Ya era tarde para retractarse de sus pasos, conocía su destino de ahora en mas porque precisamente estaba en mis manos. Mis pasos resonaban con fuerza cual estruendo pero no existía, mejor ser invisible y atrapar a la presa antes que se de cuenta y trate de huir de las redes que he creado para que me dedique su ultimo respiro.Aquel era mi presa. No estoy aquí para saber quien es el, aunque técnicamente ya lo se, solo hago mi trabajo. Como la mayoría de las mujeres se entregan a lo que deben hacer ya que generalmente siguen precisamente eso a lo que ''tienen que hacer'' jamas lo que quieren y los hombres se dejaran llevar por sus deseos, yo me entrego a una verdad que no conozco perfectamente pero en la cual he seguido sin un ”por que”. Necesito de su historia, de sus errores para entender quien es y no cometerlos; en fin una criminal la cual esta noche terminara con las lagrimas y la sangre de un hombre mas en su ropa. Después al día siguiente durante el desayuno me preguntare si estuvo bien hacerlo, y cuando sean las nueve sabre que cuestionar mis propias acciones no tiene sentido cuando ya fueron realizadas y para el mediodía todo sera una cuestión del pasado sin importancia. Todo esto resume muchos años de vida en el que se trato de hacer lo que hay que hacer sin cuestionar las ordenes, en el fondo no era lo correcto pero moriría pronto y eso hacia que me pudiera librar de las culpas mucho mas rápido y llamarme a mi misma ''hipócrita'' ; no fui distinta a los demás, me encasille en un rol en la que la muerte es algo que podía llegar de repente. El peso en mi mente se aleja dejando la claridad que ofrece la luna como la única luz que existe en mi mundo, se que en esta noche no esta grabado mi propio fin.  Su salida es repentina pero no me sorprende en lo mas mínimo, mira sus zapatos preguntándose que pasara luego. Algo falla la opresión de mi pecho aumenta y en mi garganta siento el tirón que me sofoca, la claridad desaparece y queda todo en blanco. Sin rostros ni lagrima ni sangre, no he muerto pero tampoco existo como creí.  Es de madrugada y las preguntas vuelven a asomar y se aglomeran en un segundo, aquel hombre al cual tenia que eliminar hasta la ultima parte me observa de por el rabillo del ojo y sin mueca alguna me acaricia de forma tierna. Las palabras ni los gritos salen de mi garganta por momentos olvido que nunca escuche mi propia voz, el silencio me acompaña y en parte es lo que soy, la ausencia de ruido que puede capturar la tranquilidad.  A diferencia el no sabe quien soy, como me llamo ni que puedo hacer y aun si lo supiera me seguiría mirando de esa extraña manera porque jamas nadie se digno a verme mucho menos con esa piedad que expresa amor incondicional.
¿Como decir quien es el?
¿De que forma decir quien soy, si apenas me conozco?
Ahora puedo liberar el peso. Como una ignorante dejare que todo se deje llevar por la corriente, si llegara el momento me defenderé y no tengo que pensarlo porque no lo siento, no hay miedo. Es inofensivo estar aquí,  mi corazón no me delatara jamas y las lagrimas menos. Este perfecto extraño es mas que eso..
                                                                                                                                  

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