miércoles, 16 de mayo de 2012

''Solo por hoy.''
Era lo que decía cada vez que la veía reposar en su lecho de farsas y mentiras. Veinticuatro puñaladas en la cabeza, hasta volver para acariciar su tersa piel, se que cuando el primer haz de luz te toque estarás igual o peor que antes de que partiera. Rogaras por una paz la cual no tiene futuro en estas tierras, lloraras en vano por un caballero que apuñala tu corazón, y sin mas tapare mi rostro para que no lo veas, no solo tu estas en las penurias ahora yo te acompaño amada. Tu espada no corta las entrañas, ha traspasado cada barrera para llegar al latir de un simple hombre, que si bien no pretende encontrar ser el rey de reyes, tan solo desea poder amarla eternamente en el silencio que sus lagrimas ofrecen. 
Exactamente en el mismo lugar que ayer, cuando se que acabare muriendo con espinas en mis manos por salvarla del infierno, vuelvas a mirarme sin prisa ni con agrado. Balbuceas lo que tienes que decir, mas nunca lo que deseas expresar, con temor a la vida o a la muerte sus palabras se pronuncian como un gran suspiro e intentar escapar de mi. Si supieras que no pretendo ser el enemigo de tus sueños verías mas de lo que te muestro, y se que clamar por amor no es digno, te dejo escapar a donde la soledad te acoja y abrigue durante las noches.
El paso del tiempo nos estas castigando, he dejado que escapes de tu deber durante un largo tiempo y has de saber que es arduo el trabajo de un sirviente que no puede ofrecer completamente su ayuda, si fuera necesario la vida como ofrenda. Día tras día la guerra se pospone, con esto jamas podría mentir, pero ya no queda nadie mas que nosotros dos para defender la nada misma que nos abunda. Observo tu mirada como en un principio, tienen el mismo tono de piedad que los hacen brillar. Antes de morir deseo poder serle útil...
Las palabras  me quedan mejor de lo que pensé, no me dirigirías tus palabras si entendieras lo que sucede en una mente abatida como la mía. Te dejo libre de engaño y culpa, puedes extender tus alas e irte para no volver o quedarte en tu reino. En la madrugada, con una niebla que empapa mi piel e impregna el misterio en la sangre, te abandono para salvar tu alma de esta perdición en la que hemos caído sin darnos cuenta. 
He de volver con una corona, rosas que envuelvan la victoria y un nuevo sueño para ti. Estaré vivo para contemplarte una vez mas y secar el dolor que corte tus muñecas.

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